
A diferencia de la ida, el plantel regresó con normalidad y aprovecha su día de descanso.
Boca está en la puerta de conseguir uno de los grandes objetivos de este semestre: la clasificación a los octavos finales de la Copa Libertadores. Con un simple empate ante Atlético Paranaense o una derrota pero con poca cantidad de goles permitirá que ni Tolima ni Jorge Wilstermann le saquen su lugar, ya que tiene 3 puntos de ventaja, además de 7 y 11 goles respectivamente de los que están por debajo.
Es por eso que los jugadores se han ganado su día de descanso y tienen que estar preparado para la seguidilla que incluye los partidos frente a Godoy a Cruz, por Copa de la Superliga, frente a Rosario Central por Supercopa Argentina y el restante por Copa Libertadores.
El xeneize vuelve a los trabajos mañana por la mañana en el Complejo Pedro Pompilio. Allí Alfaro dictaminará si repetirá equipo en Mendoza o comenzará la rotación.